sábado, 17 de abril de 2010

Introducción al narcisimo

tu ansiedad agita el cristal que canta / acechas una imagen que se estremece como sombra de garza / una aparición que empeño alguno puede aquietar / la voz quebró el hechizo / él se sobresaltó y dio un traspiés al borde del agua / nil habet ista sui / tecum venitque manetque / tecum discedet / si tu discedere possis* / (no es nada por sí misma / surgió contigo / contigo persiste / y tu marcha la disiparía / si marcharte pudieras) / así habló la mujer policía / habían crecido juntos / lo amonestaba con afecto / ella fue una de las desdeñadas / pero eso sucedió hace tiempo / ahora ya casi no siente la herida y se entrega tenazmente a su trabajo / él se incorporó / sacudió parsimoniosamente la ropa / se quedó de pie en la orilla y dijo sin volverse / no te he oído llegar / ¿os enseñan en la academia a caminar así? / ( SILENCIO ) / aprendemos que el amor es poco más que una multiplicación de reflejos / respondió ella / sentada en un tronco caído a poca distancia de la fuente / y nos convertimos a una nueva religión: / la paciencia / él asintió sin atreverse a ensayar una sonrisa / se supo delicadamente aludido y en consecuencia respondió con toda la dulzura que pudo encontrar / ¿y alguien consigue hacer de eso una terapia? / ella antes de contestar se acomodó el cinturón reglamentario / giró unos grados la cartuchera del revólver y el transmisor sobre el ceñido hemisferio de sus caderas / luego dijo / es posible alcanzar cierto abandono / siempre que se evite tanto el vuelo excesivo de metáforas como el desmedido apego al silencio / ( SILENCIO ) / ya te podrás imaginar que en el coche patrulla se oyen demasiadas historias / así habló por tercera vez la mujer policía / ( SILENCIO ) / él seguía de pie dándole la espalda / subrayó la pausa y luego habló con la mirada todavía rendida a las luces que tintineaban en la piel del agua / una especie de vértigo indolente / si me permites la expresión / se prende de las cosas cada vez que nos encontramos / ( SILENCIO ) / una parte de la carga se desplaza en mi interior y el cuerpo se balancea descentrado / como un navío mal estibado / ( SILENCIO ) / sintió / esta vez sí / cómo ella afirmaba sus recias botas sobre el lecho de hojas / y pudo oír el leve crujir de sus pasos que se acercaban / conteniendo la respiración esperó sus palabras / ( SILENCIO ) / cualquier cosa es preferible a la caída en ese torpor húmedo que para algunos se corresponde al cuerpo de la madre / ( SILENCIO ) / por mí no debes afligirte si es eso lo que dicen tus ausencias / sabré arreglármelas / ( SILENCIO ) / entre el desvarío y la renuncia encontraré algún pasaje / así habló por última vez la mujer policía / y avanzó despacio / apartando las ramas elásticas que entorpecían el sendero / insectos como planetas de enloquecidas órbitas se demoraban en los juegos del sol sobre las hojas de oscuro envés / cuando llegó a su altura él se acuclilló entre los juncos y habló de forma entrecortada / como si le costara encontrar las palabras rebuscando al fondo de un baúl revuelto / gestiónalo como si todo esto no fuera más que la filmación de una fábula / el ensayo general de la vida que vendrá / si la toma no es buena se repite / eso fue lo que él dijo antes de la zambullida final / ella no quiso gritar.

* Ovidio, Metamorfosis.

(De El ave fénix solo caga canela)